domingo, 22 de noviembre de 2009

Imagen


Ya comenté hace días mi opinión acerca del affaire Alakrana, pero hoy voy a abordar la cuestión desde un punto de vista muy distinto. Una entrada que ve la luz hoy, pero que rondaba mi cabeza desde hace días y se convirtió en inexcusable el pasado sábado.
Horas antes, el día 20 de noviembre, los marineros del Alakrana, ya liberados en las islas Seychelles se fundían en abrazos con buena parte de sus familiares.
Recordemos que fueron 36 los liberados y que, hablo de memoria, entorno a 15 familias no se desplazaron por diversas causas a Puerto Victoria. Esto es, nos quedan 21 reencuentros. Sin duda, un paraíso para cualquier reportero gráfico. Era asunto claro de apertura de los distintos periódicos y por material no iba a quedar.
Sin embargo, analizando las portadas del día siguiente, bien pudiera decirse que las informaciones que nos facilitaron los medios eran erróneas. ¿Por qué? Porque la inmensa mayoría focalizaron su atención casi exclusivamente en las figuras del marinero Pablo Costas y su mujer, Silvia Albés, y en el abrazo que ambos se dieron.
Casualidad pensarán muchos. Posiblemente, sí, de no ser porque en los días previos (y eso sí que me llamó la atención), el promedio de apariciones de la señora Albés en las fotografías que acompañaban las distintas informaciones era muy superior a la de buena parte del resto de familiares.
Lógicamente, desconozco el motivo exacto, pero me temo que la atención de los medios se centró en esta pareja por la buena imagen que ambos daban. No hay que negarlo; tienen buena presencia, son jóvenes y además se quieren. La perfecta historia de amor.
Es más que probable que el resto de mujeres, madres, padres, hermanas y hermanos, etc; quisieran tanto o más a sus respectivos marineros secuestrados durante un mes y medio. Sin embargo, la tiranía de la imagen parece que se impuso una vez más y los medios apostaron por un reencuentro en concreto en detrimento del resto.

PD: Releyendo lo escrito me he dado cuenta de que dije: “pero hoy voy a abordar la cuestión desde un punto de vista muy distinto”. Puedo prometer y prometo que no iba con ironía aunque la verdad es que viene ni que pintado jeje.

2 comentarios:

  1. Esto del Alakrana es el ejemplo informativo de cómo desinformar.

    Yo no me he enterado hasta hace nada que en ese barco solo iban 16 españoles. Por qué no se había dicho eso antes. Yo pensé que iba lleno de españoles, vascos, jejeje, pero españoles.

    Porque eso es otra, que gracia la absurda polémica de la bandera... en fin, esto es España...

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  2. Pues ya sabes más que yo. Pensaba que eran todos españoles. Unos vascos, otros gallegos y alguno de algún otro lado, pero españoles al fin y al cabo.
    Menudo periodista estoy hecho que diría mi padre jeje

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