sábado, 20 de marzo de 2010

Europa se borra del mapa


La premura de tiempo que marca mi insostenible agenda (insostenible porque hacer, ‘hago’ mucho; pero los beneficios son más bien escasos), me impide dedicar todo el tiempo que me gustaría a este blog.
Por ello, no puedo investigar y desarrollar temas como el por qué tenemos el uso horario que tenemos y otros que espero tratar algún día.
No obstante y aprovechando el buen trabajo realizado por muchos otros compañeros periodistas, le añado a la noticia sobre Corea del Norte, otra que acabo de leer en la edición de hoy de El País (como ya habrán notado, éste suele ser mi periódico de cabecera).
La información es obra de Álvaro de Cózar.


Europa se borra del mapa

La visión eurocéntrica del mundo se esfuma ante el auge de los países emergentes - El nuevo centro está en el Pacífico, flanqueado por China y EE UU

En 1988, unos investigadores de la revista National Geographic pidieron a 3.800 niños de 49 países que dibujaran el mapa del mundo. La mayoría de los chavales -africanos, asiáticos, americanos- colocaron Europa en el centro del mapa. Sin saberlo, reprodujeron la misma visión eurocéntrica legada por sus antepasados desde la época colonial, la proyección de Mercator, la misma que todo occidental tiene en la cabeza como un hecho objetivo ante el que no cabe la más mínima duda.
Un mapa no es más que una mirada, trazada históricamente con una carga ideológica, a veces inocente, que suele generar controversia. Mientras el mapa del poder real en el mundo está cambiando radicalmente, desplazando a Europa cada vez más al oeste y colocando en el centro a Estados Unidos y China, las viejas polémicas sobre el eurocentrismo siguen vivas.
Las dos proyecciones de mapas que más han agitado el mundo de la cartografía son las de Mercator (1569) y la de Peters (1974). Representar fielmente en un plano una esfera achatada por los polos -un elipsoide de revolución, que dirían los expertos- es el reto de los cartógrafos desde el siglo XVI. Desgraciadamente, es imposible; siempre habrá una parte que quede distorsionada.
En 1569, el padre de todos ellos, el flamenco Gerardo Mercator ideó una forma de proyectar el mundo esférico metiéndolo en un cilindro. El mapa, una herramienta útil para los navegantes de la época, es el mismo que se ha enseñado en las escuelas. Coloca a Europa en el centro y representa fielmente la forma de los continentes, pero exagera los tamaños de los países a medida que se acercan a los polos. Groenlandia, por ejemplo, aparece con un tamaño similar al de África, aunque su superficie es de 2,1 millones de kilómetros cuadrados, mientras que la del continente es de 30,1 millones.
De la misma forma, la masa continental de lo que todavía seguimos llamando norte ocupa mucho más espacio que la del sur. La realidad es que el sur ocupa el doble, unos 100 millones de kilómetros cuadrados. En cualquier caso, las inexactitudes de Mercator no pueden atribuirse a supuestas intenciones deshonestas; el hombre sólo quería que los barcos no se perdieran en el océano Atlántico.
Quien sí resultó un experto en propaganda fue Arno Peters. En 1974, este berlinés que había sido cineasta, organizó una rueda de prensa para arremeter contra el mapa de Mercator y presentar el suyo. La proyección de Peters respetaba las superficies reales de los países, pero no sus siluetas, la mayoría de las cuales aparecían demasiado estiradas. Los cartógrafos le dieron la espalda -Arthur Robinson definió el mapa como un calzoncillo largo, mojado y andrajoso colgado del Ártico- pero la visión políticamente correcta de Peters caló en la Unesco y en las ONG, que adoptaron el mapa para mostrar su sensibilidad hacia África y Asia. Además, Peters no había hecho más que apropiarse de una proyección casi idéntica elaborada en 1855 por James Gall, un religioso escocés con menos sentido del espectáculo.
"No solamente es fácil mentir con mapas; es esencial", señala el experto estadounidense Mark Monmonier en su libro Cómo mentir con mapas (How to lie with maps, 1996), donde revisa cómo los mapas han servido históricamente para hacer propaganda. Monmonier propone un método mucho más efectivo que el de Peters para resaltar la importancia creciente de China o India: los cartogramas.

Este tipo de mapas no se hace atendiendo a las coordenadas para representar con fidelidad la superficie terrestre. Son simplemente gráficos que permiten explicar cómo se distribuyen los países según determinadas variables estadísticas. A eso se dedican páginas web como worldmapper.org o gapminder.org, herramientas estupendas para elaborar cartogramas.
¿Cómo será el mapa del mundo dentro de unos años? Si pintásemos un cartograma geopolítico que dejase claro quién manda en el mundo, ¿qué criterio seguiríamos? Todos los expertos consultados coinciden en que serán los avances tecnológicos los que determinarán principalmente quién mandará en el mundo. "La ciencia es la que define la innovación y eso es lo que marca la productividad de un país y, por tanto, su crecimiento económico", señala Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política y de la Administración. "China va ganando poder militar. El centro lo copan China y Estados Unidos", propone Cristina Manzano, directora de la revista Foreign Policy en España.
"Hay otros factores, como la educación y el número de universidades potentes, pero todos están ligados a ese criterio económico y tecnológico", explica Antonio Marquina, catedrático de Seguridad y Cooperación en las Relaciones Internacionales, que aporta las predicciones económicas de Goldman Sachs para 2050. Según el análisis del grupo de inversión, China y Estados Unidos coparían la primera y segunda plaza respectivamente. Otros países como Brasil, India y Rusia dominan las primeras plazas. Sólo Alemania sigue manteniendo cierto poderío. España no aparece ni siquiera en la lista de los 20 primeros. Una proyección similar es la que aportan los expertos de Worldmapper para 2015 (ver gráfico).
Muchas cosas pueden poner todo del revés de aquí a 2050, pero, probablemente, si la revista National Geographic repitiese su experimento en esa fecha, los niños europeos dibujarían a China y Estados Unidos en el centro y arrinconarían a Europa al extremo oeste del mapamundi.

Cambios por el tipo de cambio, segunda parte


El pasado mes de enero les hablaba de las consecuencias en el día a día de llevar a cabo una devaluación y revaluación de una moneda y me basaba en los ejemplos de Venezuela y Corea del Norte.
Bien, como me gusta dar continuidad a las historias que les cuento, no me resisto a ofrecerles una información que publicó El País esta semana. Una noticia que aquí nos costaría asimilar y que, sin embargo, es usual, en Corea del Norte, protagonista de la misma.

Ejecutado el jefe de la reforma monetaria en Corea del Norte

El régimen comunista de Corea del Norte ejecutó la semana pasada al ex director de Finanzas del Partido de los Trabajadores, Pak Nam-gi, por sus errores en la gestión de la reforma monetaria de noviembre, informó ayer la agencia surcoreana Yonhap.
Según Yonhap, Pak fue fusilado en Pyongyang bajo la acusación de "haber llevado a la ruina la economía del país de forma planificada".
Las mismas fuentes señalaron que el régimen de Pyongyang atribuyó a Pak toda la responsabilidad generada por el fracaso de la reforma monetaria, que condujo al descontento social y tuvo un efecto adverso en la preparación del posible acceso al poder de Kim Jong-eun, hijo menor del líder norcoreano, Kim Jong-il, quien, se cree, está muy enfermo.
En 1997 Pyongyang ejecutó en público al responsable de Agricultura del Partido de los Trabajadores, Seo Kwan-hee, bajo la acusación de espionaje, tras el descontento social provocado por la hambruna en el país.
Según la prensa surcoreana, Pak fue cesado de su cargo en febrero, ya que tras la revaluación monetaria los precios se han disparado en el país y los ahorros en divisas se han devaluado, en contra del deseo del régimen de estabilizar los precios y acabar con el mercado negro.

jueves, 11 de marzo de 2010

Llamadas de atención


Apenas restan unas horas para que el 10 de marzo diga adiós, pero antes de que esto ocurra, y en honor a Raúl Masa, que con razón criticó hoy la ausencia de entradas nuevos en este blog, hay van una serie de llamadas que espero les resulten interesantes.

Primer tono: ¿Recuerdan que hace algún tiempo les hablaba de la extendida costumbre de robar cadáveres para obtener jugosos beneficios? Pues bien, recientemente el tema volvió a estar de actualidad y a lo grande porque unos bandidos secuestraron el cuerpo del ex presidente de Chipre Tasos Papadopulos.
De hecho, el secuestro se produjo hace casi tres meses, pero el pasado martes, las autoridades pudieron recuperar el cuerpo y arrestar a tres de presuntos autores de la fechoría.
El mandatario que introdujo a su país en la UE vuelve a descansar en paz por segunda vez.

Segundo tono: En la edición de hoy de El País leemos lo siguiente: “La necesidad de cuadrar las cuentas incita a muchas empresas a buscar alternativas a la contratación de personal. Sustituir a los empleados por becarios o por falsos autónomos suelen ser las irregularidades más comunes. Hacienda y la Seguridad Social van a poner el foco en estos colectivos dentro del nuevo plan contra el fraude que aprobó el Consejo de Ministros la semana pasada.
(...)
La principal novedad en cuanto a los becarios consiste en extender a la empresa privada unas inspecciones que hasta ahora se centraban en el ámbito universitario, según explican fuentes del Ministerio de Trabajo. Se trata de impedir que esa figura, ligada al aprendizaje, desempeñe labores estructurales dentro de las empresas”.
Lo siento, pero por las circunstancias que muchos conocéis ando un poco susceptible con el tema de las becas. En fin, que sea para bien. Que aprender nunca está de más, pero a veces las cosas se pasan de castaño oscuro.

Tercer tono: Seguimos con El País, pero esto lo leíamos en la edición de ayer: “El esquema con el que el proceso de Bolonia se ha implantado en las universidades españolas (carreras -grados- de cuatro años y másteres de uno) sólo lo comparten otros tres de los 46 países inmersos en la reforma europea de las universidades: Bulgaria, Ucrania y Escocia (que tiene un sistema distinto al del resto de Reino Unido). 19 países han elegido grados de tres cursos y másteres de dos; otros seis (entre otros, Rusia, Lituania o Turquía) tienen sobre todo grados de cuatro años y másteres de dos; y en el resto no hay ninguna posibilidad que predomine sobre las demás, según el informe de la oficina europea de estadística educativa (Eurydice) sobre el nivel de implantación de Bolonia en el año en que los países se habían comprometido a tenerla lista.
El profesor de la Universidad de Londres José Ginés Mora defiende enérgicamente el modelo adoptado por España, sobre todo, el que los grados (que sustituyen a las licenciaturas y diplomaturas) tengan cuatro años (lo que comparten otros 12 países europeos). Asegura que la empleabilidad es mayor, porque el mercado los acepta mejor, y porque en tres años es muy difícil incluir prácticas en empresas o estancias en el extranjero. Además, recuerda que es el esquema vigente en EE UU.
El experto francés en la reforma de Bolonia Guy Haug está de acuerdo en las bondades de los grados de cuatro años, pero está convencido de que hacer la inmensa mayoría de los másteres de sólo un año como se ha hecho en España (también se pueden establecer de uno y medio y de dos cursos) es un "error gravísimo". Lo es, asegura, porque no pueden competir en calidad con los posgrados del resto de países. "Los másteres de un año deben ser la excepción, no la regla", dice. Sin embargo, cree que, más que el esquema, lo importante es que haya "buenos grados y másteres".
Espero que el máster que estoy realizando (Periodismo Económico) sea una excepción, no la regla y que los responsables se pongan las pilas a la hora de seleccionar (y pagar por su ‘trabajo’) a algunos de los profesores que lo imparten.

Comunica: Os preguntaréis a qué viene el rollo de los tonos (y ahora ese comunica que encabeza el párrafo). Supongo que también tendréis dudas respecto a la identidad del hombre de la imagen que acompaña esta entrada.
Pues bien, empezando por el final, decir que se trata de Antonio Meucci y la razón por la que os doy la tabarra con lo de los tonos es porque el 10 de marzo es el día en que el teléfono fue presentado en sociedad.
Presentado en sociedad por Alexander Graham Bell en 1876. Y es que, gracias a Nieves Concostrina (Radio Nacional), esta mañana me enteré de que, desde 2002, se sabe que el verdadero inventor del teléfono fue Meucci.
El florentino, 20 años antes de que Bell se interesara por el tema, él ya había inventado el teletrófono. Lo usó para conectar su oficina con una habitación una planta más arriba para hablar con su mujer.
El aparato era muy rudimentario, pero funcionaba. Sin embargo, no pudo presentar la patente porque no tenía dinero. Por ello, sólo presentó una descripción del invento al tiempo que trataba de convencer a una compañía para que le diese un empujón monetario.
La empresa no le hizo el menor caso, pero, ¡oh casualidad! por allí trabajaba Graham Bell. Lo demás, os lo podéis imaginar.
El Congreso de Estados Unidos fue el que le reconoció el mérito a Antonio Meucci allá por 2002.

domingo, 7 de marzo de 2010

Las pensiones, de nuevo las pensiones


El azar, o más bien mis ocupaciones (tanto estudiantiles como laborales), me han hecho estar muy pendientes de la reforma de las pensiones que estas semanas han dado mucho que hablar. Propuestas del Gobierno, reacciones generalizadas, propuestas de FEDEA y 100 economistas, etc.
Aquí añado un comentario interesante del bueno de Moises Naim publicado, como todos los domingos, en El País.

¿Es tóxico jubilarse?
¡Vivir sin tener que trabajar! ¿A quién no le gustaría? Pues, cuidado con quererlo demasiado. Una reciente investigación encontró que quienes han hecho realidad este sueño sufren un sustancial deterioro en su capacidad cognitiva.
Una de las reivindicaciones más celebradas de las sociedades modernas es la garantía que se les da a quienes llegan a cierta edad de contar con un razonable nivel de ingresos sin necesidad de trabajar. Así, lo que para algunos es un sueño, para otros es un derecho garantizado por la ley. Los países más ricos de Occidente han experimentado una verdadera revolución. Durante más de un siglo, en Estados Unidos y Europa, la participación en el mercado laboral de hombres mayores de 65 años ha venido declinando. Por ejemplo, el 75% de la población masculina de EE UU que es mayor de 65 años aún trabajaba a finales del siglo XIX. En 1990 se habían reducido al 16%. La misma tendencia se observa en Europa.
Otra tendencia hasta hace poco muy generalizada era la presión para disminuir cada vez más la edad de la jubilación. En Grecia, por ejemplo, es a los 61 años; en Alemania, a los 67. Esto explica, en parte, la reticencia de los alemanes a subsidiar con sus impuestos el rescate financiero de los griegos.
La crisis financiera mundial va a obligar a cambiar estas tendencias. Para muchos países como Grecia se hace económicamente insostenible no aumentar las edades de la jubilación. La sorpresa es que uno de los efectos no anticipados de estas decisiones puede ser la mejora de la capacidad cognitiva de la población mayor de 60 años.
Ésta es una de las implicaciones que se derivan de la investigación recién publicada por Susan Rohwedder de la RAND y Rober Willis de la Universidad de Michigan en el Journal of Economic Literature. Estos dos expertos han dedicado un formidable aparato analítico y estadístico a verificar si el viejo dicho "músculo que no se usa se atrofia" también se aplica al cerebro (aunque no sea un músculo).
Comienzan aclarando que no hay evidencias científicas de que hacer rutinariamente "ejercicios mentales", como crucigramas, sudokus, rompecabezas, juegos de cartas o vídeos y otras actividades parecidas evita la reducción de las capacidades cognitivas que sucede a medida que envejecemos. En cambio, el trabajo sí.
Basan esta conclusión en el análisis de datos estadísticos y los resultados de pruebas psicológicas aplicadas a personas de más de 60 años en EE UU, Reino Unido y otros 11 países europeos. Encuentran, por ejemplo, que en los países donde los hombres trabajan hasta una mayor edad, los resultados de las pruebas cognitivas son sustancialmente superiores que en países donde los trabajadores se pueden acoger a la jubilación temprana. En Estados Unidos, Dinamarca, Suecia o Suiza, con una mayor edad de jubilación, los resultados en el desempeño cognitivo son el doble de los que obtuvieron Francia, Austria, Bélgica y Holanda, donde la jubilación llega antes. Italia y España ocupan una posición intermedia entre estos dos extremos.
Rohwedder y Willis no sólo compararon países con diferentes edades de jubilación, sino que también compararon los resultados de las pruebas cognitivas a personas en el mismo país y de la misma edad que se han jubilado con los de quienes siguen trabajando. Encontraron que los jubilados (o más precisamente quienes dejaron de trabajar a cambio de una remuneración) obtienen resultados que están 20% por debajo de las personas de la misma edad que aún trabajan.
Todo esto no quiere decir que jubilarse es una mala decisión o que seguir trabajando es lo más deseable. Para muchos esto ni siquiera es una decisión, sino lo que su realidad les obliga a hacer, les guste o no. La situación económica y política de cada país determinará sus opciones. Individualmente, los ahorros, los hijos, la salud, la personalidad y otros factores moldearán estas decisiones. Y seguramente hay muchas personas que estarían dispuestas a pagar el precio de un declive en su capacidad cognitiva con tal de no tener que trabajar. Yo soy uno de ellos.

lunes, 1 de marzo de 2010

Envidia, mucha envidia


Hoy sentí, envidia de los italianos. Envidia al comprobar como uno de sus diarios deportivos estrella, dedicaba una página entera para anunciar que el 10 de marzo arranca la Tirreno Adriático. Y, como se puede ver en la foto que acompaña a esta entrada, lo anuncia a lo grande. ¡Qué mejor forma que honrar a la prueba que une los dos mares!
Por el contrario, en España no sólo no hay anuncios de este tipo sino que triunfos históricos como el Juan Antonio Flecha (por primera vez un español gana la, antiguamente conocida como Het Volk, clásica que abre el fuego al mes más apasionante del año ciclista con las carreras de pavé), pasan casi desapercibidos.
Sin ir más lejos, el Marca le dedica una fotonoticia en la página de resultados, El Mundo Deportivo dos medias columnas y el As, el que más información da (tres columnas y unos 4 módulos de altura –una página entera, son 12 módulos-), ni siquiera menciona que es el primer español en lograrlo.
Menos mal que El País, sale al rescate. En cuanto a espacio, le dedica aproximadamente lo mismo que el As, pero el bueno de Carlos Arribas hace notar su mayor profesionalidad y, porque no decirlo, su amistad con Flecha y aporta una información mucho más interesante.
Desconozco si otros periódicos generalistas siguieron el ejemplo de El País, pero lo que sí sé (lo miré a propósito), es que el diario L’Equipe le dedica mayor cobertura el triunfo del ciclista español que nuestros propios periódicos.
Bien pensado, también siento envidia de los franceses. Bueno y también de los belgas, que se vuelcan en carreras de este tipo y cuyas televisiones ofrecen horas y horas de ciclismo.
Y ahora que caigo, ¿qué decir de Holanda? País ciclista (al menos cicloturista) como pocos... Mejor dejo de pensar porque al final resulta que voy a estar en el país más anticiclista (mediáticamente hablando) de Europa y eso que tenemos a buena parte de lo más florido del pelotón.
Una pena, aunque en buena parte, ellos (lo ciclistas, directores y demás integrantes del mundillo) se lo han buscado.