jueves, 11 de marzo de 2010
Llamadas de atención
Apenas restan unas horas para que el 10 de marzo diga adiós, pero antes de que esto ocurra, y en honor a Raúl Masa, que con razón criticó hoy la ausencia de entradas nuevos en este blog, hay van una serie de llamadas que espero les resulten interesantes.
Primer tono: ¿Recuerdan que hace algún tiempo les hablaba de la extendida costumbre de robar cadáveres para obtener jugosos beneficios? Pues bien, recientemente el tema volvió a estar de actualidad y a lo grande porque unos bandidos secuestraron el cuerpo del ex presidente de Chipre Tasos Papadopulos.
De hecho, el secuestro se produjo hace casi tres meses, pero el pasado martes, las autoridades pudieron recuperar el cuerpo y arrestar a tres de presuntos autores de la fechoría.
El mandatario que introdujo a su país en la UE vuelve a descansar en paz por segunda vez.
Segundo tono: En la edición de hoy de El País leemos lo siguiente: “La necesidad de cuadrar las cuentas incita a muchas empresas a buscar alternativas a la contratación de personal. Sustituir a los empleados por becarios o por falsos autónomos suelen ser las irregularidades más comunes. Hacienda y la Seguridad Social van a poner el foco en estos colectivos dentro del nuevo plan contra el fraude que aprobó el Consejo de Ministros la semana pasada.
(...)
La principal novedad en cuanto a los becarios consiste en extender a la empresa privada unas inspecciones que hasta ahora se centraban en el ámbito universitario, según explican fuentes del Ministerio de Trabajo. Se trata de impedir que esa figura, ligada al aprendizaje, desempeñe labores estructurales dentro de las empresas”.
Lo siento, pero por las circunstancias que muchos conocéis ando un poco susceptible con el tema de las becas. En fin, que sea para bien. Que aprender nunca está de más, pero a veces las cosas se pasan de castaño oscuro.
Tercer tono: Seguimos con El País, pero esto lo leíamos en la edición de ayer: “El esquema con el que el proceso de Bolonia se ha implantado en las universidades españolas (carreras -grados- de cuatro años y másteres de uno) sólo lo comparten otros tres de los 46 países inmersos en la reforma europea de las universidades: Bulgaria, Ucrania y Escocia (que tiene un sistema distinto al del resto de Reino Unido). 19 países han elegido grados de tres cursos y másteres de dos; otros seis (entre otros, Rusia, Lituania o Turquía) tienen sobre todo grados de cuatro años y másteres de dos; y en el resto no hay ninguna posibilidad que predomine sobre las demás, según el informe de la oficina europea de estadística educativa (Eurydice) sobre el nivel de implantación de Bolonia en el año en que los países se habían comprometido a tenerla lista.
El profesor de la Universidad de Londres José Ginés Mora defiende enérgicamente el modelo adoptado por España, sobre todo, el que los grados (que sustituyen a las licenciaturas y diplomaturas) tengan cuatro años (lo que comparten otros 12 países europeos). Asegura que la empleabilidad es mayor, porque el mercado los acepta mejor, y porque en tres años es muy difícil incluir prácticas en empresas o estancias en el extranjero. Además, recuerda que es el esquema vigente en EE UU.
El experto francés en la reforma de Bolonia Guy Haug está de acuerdo en las bondades de los grados de cuatro años, pero está convencido de que hacer la inmensa mayoría de los másteres de sólo un año como se ha hecho en España (también se pueden establecer de uno y medio y de dos cursos) es un "error gravísimo". Lo es, asegura, porque no pueden competir en calidad con los posgrados del resto de países. "Los másteres de un año deben ser la excepción, no la regla", dice. Sin embargo, cree que, más que el esquema, lo importante es que haya "buenos grados y másteres".
Espero que el máster que estoy realizando (Periodismo Económico) sea una excepción, no la regla y que los responsables se pongan las pilas a la hora de seleccionar (y pagar por su ‘trabajo’) a algunos de los profesores que lo imparten.
Comunica: Os preguntaréis a qué viene el rollo de los tonos (y ahora ese comunica que encabeza el párrafo). Supongo que también tendréis dudas respecto a la identidad del hombre de la imagen que acompaña esta entrada.
Pues bien, empezando por el final, decir que se trata de Antonio Meucci y la razón por la que os doy la tabarra con lo de los tonos es porque el 10 de marzo es el día en que el teléfono fue presentado en sociedad.
Presentado en sociedad por Alexander Graham Bell en 1876. Y es que, gracias a Nieves Concostrina (Radio Nacional), esta mañana me enteré de que, desde 2002, se sabe que el verdadero inventor del teléfono fue Meucci.
El florentino, 20 años antes de que Bell se interesara por el tema, él ya había inventado el teletrófono. Lo usó para conectar su oficina con una habitación una planta más arriba para hablar con su mujer.
El aparato era muy rudimentario, pero funcionaba. Sin embargo, no pudo presentar la patente porque no tenía dinero. Por ello, sólo presentó una descripción del invento al tiempo que trataba de convencer a una compañía para que le diese un empujón monetario.
La empresa no le hizo el menor caso, pero, ¡oh casualidad! por allí trabajaba Graham Bell. Lo demás, os lo podéis imaginar.
El Congreso de Estados Unidos fue el que le reconoció el mérito a Antonio Meucci allá por 2002.
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