martes, 6 de diciembre de 2011

Un despido como símbolo de los tiempos

Para empezar, permítanme una que les informe de una ‘no-noticia’: dentro de unas semanas perderé mi empleo ya que la televisión en la que trabajo cerrará sus puertas.

La califico como ‘no-noticia’ porque hoy en día, noticia sería la firma de un nuevo contrato de trabajo (y ya, si es indefinido, hablamos de exclusiva mundial).

¿Qué por qué les cuento algo que no tiene nada de noticioso? Pues porque aunque suene raro, conocí la noticia del cierre de esta televisión a través del Facebook.


Sí, sí. La primera noticia ‘oficial’ que tuve, la vi en el Facebook. Ya a posteriori, recibí la correspondiente llamada oficial comunicándome la muerte de esta cadena.


Y eso me dio que pensar. ¿Qué futuro tienen los medios de comunicación, ya sea tradicionales, ya sea más modernos, compitiendo contra las redes sociales?


Porque prácticamente nunca podemos competir con la inmediatez de estos ‘nuevos medios’.


Cierto es que este nuevo periodismo adolece de falta de rigurosidad, de contrastar las fuentes, etc, etc; pero seamos serios.


¿Con la cantidad de despidos, recortes y ajustes que se producen en los medios tradicionales piensan que la calidad de la información que estos ofrecen no está decayendo?


Sólo hace falta ver lo que hay y confirmarlo. El mal periodismo cada vez acapara mayor espacio en nuestra sociedad


Así que, si la gente se entera antes por las redes sociales que por los medios y éstos, por culpa de tanto recorte y ajuste, no tienen personal suficiente para ofrecer una información de calidad, ¿qué sentido tiene gastarme el dinero para comprarme el periódico/escuchar la radio/ver la tele?


Mejor hacerme amigo de mucha gente en el Facebook, que es más barato y más rápido.


Lo malo es que eso termina siendo perjudicial para la sociedad. Porque no hay nada más importante que estar bien informado. ¿Por qué creen si no que existe el derecho a la información Porque es importante aunque, entre todos, al final nos vamos a quedar con el derecho a la ‘pobre información’ o, directamente, el derecho a la desinformación.

lunes, 21 de noviembre de 2011

El sondeo de la crisis

Noche electoral. 20 de noviembre de 2011. Restan unos segundos para las 20.00 horas y varios compañeros de redacción abrimos diferentes webs para conocer los resultados de los sondeos a pie de urna.
Algunos lo hacen por trabajo, otros, como un servidor, por pura deformación profesional o, dicho de otra forma, la necesidad de saber y estar informado.
El caso es que por fin se conocen los primeros resultados. La noticia sería que no había noticia (el PP goleaba y, sobre todo, el PSOE se descalabraba). Sin embargo, un repaso a las informaciones de los diferentes medios aportaba un matiz nuevo, significativo y, al menos para mí, inesperado.
Y es que, a diferencia de años anteriores, sólo RTVE unida con la Forta, realizó los tradicionales sondeos a pie de urna. Ni las televisiones ni las radios privadas quisieron saber nada del asunto. Tampoco los diarios, aunque en este caso es más comprensible.
Si en la época de vacas gordas, los sondeos se multiplicaban hasta el infinito, ayer, con las crisis de deuda soberana sobre nuestras cabezas, la premisa fue ahorrar.
De hecho, según cuentan (no lo pude comprobar porque andaba currando), las diferentes cadenas usaron sin tapujos el sondeo de las teles públicas. De algo tenía que hablar los tertulianos hasta que se fueran conociendo los daos oficiales.
El caso es que la crisis nos persigue allá dónde vayamos y envuelta en las formas más curiosas e inesperadas, en este caso, la ausencia de sondeos a pie de urna en una jornada electoral.
Esperemos que, para las próximas elecciones generales, haya sondeos para aburrir. Será un síntoma esperanzador.

lunes, 14 de noviembre de 2011

14 de noviembre

Lamentablemente, el día que en pocos minutos termina, tiene muchas connotaciones negativas para el periodismo alcarreño.
Este 14 de noviembre arrancaba el ERE que sufren los compañeros de Nueva Alcarria, precisamente el día que se conmemora el aniversario del nacimiento del Guadalajara 2000, un diario que, recientemente echó el cierre en su edición impresa y sobrevive bajo el formato de diario en internet.
Estas son dos pruebas de que la tormenta arrecia en el plano laboral y personal de todos y, lo cierto es que, lejos de menguar, el horizonte aparece oscuro.
Precisamente con la intención de que el cielo escampe, un par de gobiernos han cambiado (más bien les han obligado a cambiar desde el exterior), de patrón.

Seguro que ya lo saben, pero les hablo de Italia (Berlusconi sale y entra Mario Monti), y Grecia (Papandreu deja su sitio a Lucas Papademos).
Los nuevos mandatarios tienen un durísimo trabajo por delante, no cabe duda, pero parece que gozan de la bendición de la prensa, que alaba el carácter tecnócrata de ambos. Casi tanto como lo hicieron al hablar de Mario Draghi, nuevo presidente del Banco Central Europeo.
Casualmente, los tres están unidos por un polémico vínculo: Goldman Sachs, uno de los grupos de inversión más grandes del mundo y que ayudó a Grecia a esconder el déficit de sus cuentas lo que degeneró en la actual crisis de deuda soberana.
Ambos ‘Marios’ trabajaron para la empresa americana. Es más, Draghi había sido vicepresidente para Europa de Goldman Sachs, con cargo operativo, durante el período en que se practicó la ocultación del déficit.
¿Y quién presidía el Banco Central griego en el momento de la ocultación? Efectivamente, han acertado: Lucas Papademos.
No es que quiera condenarles de antemano. Incluso es posible que los tres se desvivan por el bien de sus países, de Europa en su conjunto y hasta por el bien del planeta; pero lo cierto es que no da buena espina.
Tan mala espina como el actual panorama laboral de nuestra profesión y de tantísimas otras.
Esperemos que escampe.

martes, 8 de noviembre de 2011

Reflexiones políticas de un periodista deportivo


Sí, lo admito. Acabo de ver el debate entre Rajoy y Rubalcaba. Sí, lo admito, ya sólo por esa circunstancia soy un ‘bicho raro’. Supongo que el hecho de haber seguido al mismo tiempo la segunda mitad de un partido de fútbol (Murcia 0, Deporivo de la Coruña 0) y, a partir del segundo bloque del debate, una lista de twitter; me hace aún más friki.
El caso es que tenía interés en seguir el debate y, posteriormente, expresar mis sensaciones sobre el mismo.
Lo primero que quiero decir es que, desde mi punto de vista, no hay un vencedor claro. Rajoy lo tenía muy fácil dadas las circunstancias que atraviesa el país y lo cierto es que su arranque fue demoledor.
El primer bloque, dedicado a la economía y el paro, cayó de su lado. Rubalcaba lo tenía todo en contra. La losa de los cinco millones de parados (por cierto, Rajoy no hacía más que decir que eran más de 5 millones cuando el último dato de la EPA habla de 4,9, pero bueno, también es verdad que Rajoy llamó “señor Rodríguez…” a su oponente por dos veces, creo que voluntariamente), era demasiado pesada para Rubalcaba.
Tanto que sus intentos de atacar el programa del PP (del programa del PSOE apenas se habló y lo cierto es que Rubalcaba mostró un conocimiento extraordinario del ideario rival), resultaron faltos de vigor y sustancia (más en plan “que viene el lobo”, aunque otra cosa es que parezca que el lobo asoma por el horizonte).
Sin embargo, tras los 12 minutos de descanso (publicidad en las teles privadas), todo cambió. De pronto Rubalcaba afiló el colmillo y amenazó con hincárselo a su rival. Éste dio la sensación de querer evitar el choque frontal, como sabedor de que tenía más que perder que lo que podía ganar.
Así las cosas, dio la sensación de que Rubalcaba recuperaba posiciones. Sin embargo, era tal su desventaja (y más lo es en las encuestas) que ni la sanidad, ni la educación, ni el variado tercer bloque (en el que se citaron desde el matrimonio homosexual, a la política internacional, pasando por la igualdad), permitieron a Rubalcaba darle la vuelta a la contienda.
Eso sí, cuando menos el candidato del PSOE se puede apuntar dos tantos. Por un lado, una mayor sensación de cercanía al recurrir a sus ‘chuletas’ muchísimas menos veces que Rajoy (un periodista, Francisco Peregil, llevaba la cuenta de las miradas a los folios en twitter).
Por otro, lograr que Rajoy admita que, respecto al matrimonio homosexual, no piensa retirar el recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP ante el Tribunal Constitucional.
Porque, en lo que respecta al resto de acusaciones lanzadas sobre el programa del PP, no deja de ser una cuestión de credulidad (habrá quién crea lo que indicaba Rajoy y habrá quién comparta las sospechas que dejaba entrever Rubalcaba respecto a muchos aspectos como posibles ayudas públicas a los bancos para hacerse cargos de sus activos malos, cambios en el sistema de pensiones, etc)
En resumen, creo que ninguno se impuso con claridad y que el debate no provocará grandes cambios en el sentido del voto. La única esperanza del PSOE es que el último mensaje de Rubalcaba animando al voto y recordando que de nada sirve abstenerse cale en la sociedad. Algo que me parece que no ocurrirá.
¿Qué dirán el resto de analistas políticos del debate? Eso lo veré mañana. Yo de momento, voy a ver si friego, para cerrar esta noche tan peculiar.

PD: Lo siento, no lo pude evitar y pasé por las webs de los dos diarios generales de referencia en España, El País y El Mundo. Ambos realizan encuestas entre sus lectores. ‘Curiosamente’, Rubalcaba gana en la encuesta de El País y Rajoy en la del Mundo. Una vez más se confirma el dicho: “dime qué lees y te diré quién eres”. Aysss.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Señor ciudadano, usted es tonto

Lo primero que quiero decir es que nadie se sienta ofendido, o especialmente ofendido, ya que servidor, responsable del título de esta entrada se encuentra dentro de esa categoría, la de ciudadano tonto, se entiende.
¿Y por qué digo esto? Pues porque debe ser verdad ya que son muchas las personas e instituciones cultas y refinadas que lo dicen. Desde los gobiernos de casi toda Europa (y no digo toda porque no lo puedo confirmar, pero seguramente así sea), hasta buena parte de los medios de comunicación (incluidos algunos que caen en una manifiesta contradicción).
Por si no han caído en la cuenta, les hablo de la reacción que ha provocado la convocatoria de referéndum sobre el rescate europeo para Grecia.
Desde todo el mundo se critica esta decisión. Y muchos de los críticos son los mismos que se subieron al tren del 15M que, entre otras cosas, pide más poder para el pueblo en forma de más consultas ciudadanas en lugar de las elecciones cada 4 años.
Entiendo que muchos critiquen que, con esta medida, se paraliza el proceso de rescate ya que éste queda emplazado hasta la cita con las urnas.
Incluso comparto que el más que previsible NO que emitirá esa consulta nos mete en un apuro serio a toda la eurozona.
Incluso admito que la mayor parte de la población griega puede que vote ofuscada por los años de recortes y sacrificios que están viviendo y no piensen que es necesario una purga para salir adelante (purga que no sólo debe sufrir la sociedad sino muchos de los causantes de la crisis que están saliendo de rositas, pero eso es otra cuestión).
No obstante, me indigna (aprovechemos esta palabra tan en boga últimamente) que desde todos los lados se critique al presidente heleno, Yorgos Papandreu, por tomar esta decisión.
¿Acaso el rescate y las condiciones que él implica no afectan plenamente a la sociedad griega? ¿Acaso no tienen derecho a opinar al respecto?
¿O es que sólo nos subimos al carro del poder del pueblo y para el puebo cuando nos interesa?
Debe ser que, como decía en el título de esta entrada usted, un servidor y la inmensa mayoría de ciudadanos somos tan tontos que no tenemos derecho de elegir en asuntos que nos atañen directamente.
Mejor que lo hagan las élites de turno.

PD: Siento no ilustrar este texto con una imagen como habitualmente, pero cuestiones técnicas lo imposibilitan.

lunes, 31 de octubre de 2011

Sin hora menos en Canarias (y otras cuestiones)


Cuántas veces hemos oído eso de… “Son las XX, las XX menos uno en la Comunidad Canaria”. Pues bien, hoy les escribo sobre esta cuestión ya que el fin de semana, escuchando/trabajando en Tablero Deportivo de Radio Nacional de España, caí en la cuenta de un hecho llamativo.
Ya saben que este fin de semana nos tocaba cambiar la hora a nuestros relojes (a las 3 eran las 2).
Como comentaban en antena este cambio provocaba que, durante 60 minutos, la hora Canaria y la peninsular coincidieran ya que, hasta que no fueran las 3 de la mañana en las Islas Afortunadas, éstos no retasarían sus relojes.
Lo cierto es que no sé hasta qué punto éste comentario era válido ya que desconozco si allí el cambio horario se realiza a las 2 en lugar de a las 3; pero casi seguro que no es así (de serlo, deberíamos haber escuchado alguna vez aquello de “acuérdense de cambiar la hora: en la península a las 3 y en Canarias a las 2).
De igual manera, se deduce que, en primavera, durante 60 minutos, la diferencia horario entre la península y las Canarias será de dos horas. La hora habitual, unida al periodo de tiempo que pase desde que aquí adelantamos el reloj, hasta que hacen los propio en aquellas tierras.
¿No me negarán que es curioso?



Vale, lo admito, es curioso y bastante intrascendente. Por ello, aprovecho para recordarles que ya somos más de 7.000 millones de seres humanos en el planeta. La cifra asusta, sobre todo, teniendo en cuenta la escasez de recursos y, SOBRE TODO, la pésima gestión de los mismos.
No obstante, como no es cuestión de amargar al recién nacido, darle la bienvenida a nuestro mundo.
Y ya que estoy, si por casualidad, dicho ser humano leyera este texto dentro de unos años, le pediría que reflexionase sobre la importancia que se le da al aborto en el futuro (su presente).
Y es que llama poderosamente mi atención que, con la que está cayendo, gran parte del debate en torno al programa del PP (más que previsible ganador de las elecciones del 20 N) se centre en su posición respecto al aborto.
No pretendo decir que el tema no sea trascendental, pero creo sinceramente que hay cosas mucho más importantes que tratar a corto plazo más que si una menor está o no obligada a informar a sus padres de un posible aborto.
Supongo que debo ser un bicho raro y que por eso llama mi atención noticias tan ‘tontas’ como la de la hora menos.

viernes, 21 de octubre de 2011

Aquellos días


Ya lo saben todos ustedes. Aunque conviene mantener cierta prudencia, todo hace indicar que el terrorismo de ETA nos ha dejado para siempre. Después de décadas y décadas de terror, el mundo estará un poquito más tranquilo.
Curiosamente, la noticia coincidía con el asesinato de Gadaffi, un dictador que, entre otros muchos crímenes, parece ser el responsable del atentado de Lockerbie, aquel en el que se atentó contra un avión que cayó en dicha localidad escocesa causando 270 muertos.
¿Se han parado a pensar en la cantidad de miles de personas, que, durante algún momento de su vida, habrán esperado vivir este momento?
Basta con mirar los diarios de hoy y comprobar las mortíferas estadísticas. En noviembre de 1980 se registraron 15 asesinatos de la banda terrorista. Desconozco con exactitud los datos (dichas cifras las he leído en una infografía que publica hoy EL PAÍS), pero simplificando, esos números suponen que ETA ponía un muerto encima de la mesa cada dos días (92 víctimas ese año, el más sangriento de la banda).
Sin lugar a dudas, por entonces debía ser inimaginable que hoy, 31 años después, se anunciase el cese del terrorismo.
Igual de inimaginable que la caída de Gadaffi. Pero claro, pensando y pensando, recordé la infinidad de momentos históricos que he vivido en mi ‘corta’ vida.
¿Quién no recuerda el 11-S o el 11-M?
¿Y cómo olvidar la mayor crisis económica desde 1929?
Pero incluso en las buenas nuevas me siento un privilegiado. Aunque por entonces no me interesaba tanto la política internacional, muchos de nosotros hemos vivido la caída del muro de Berlín. Un suceso que cambió el mundo.
Y ahora que recuerdo el pasado, momento en el que mi mayor afición eran los deportes, recordar que también hemos vivido el sueño de miles de personas al ver como España se proclamaba campeona del mundo de fútbol y como acogía con éxito unos Juegos Olímpicos inolvidables.
O, ciñéndome más a mi deporte predilecto, asistimos al primer maillot amarillo de Indurain, lo mismo que al primer arco iris de nuestro país con Olano al frente e Indurain a su estela.
Y más concretamente todavía, hace ‘cuatro días’, Guadalajara se asomó a la élite del fútbol nacional con el histórico ascenso en Miranda de Ebro. Por no citar, los ascensos de ‘anteayer’ a Segunda B o el del Gestesa en Tres Cantos tras lanzar 21 penaltis.
Cuántos momentos inolvidables e históricos hemos vivido. Supongo que esto pasa siempre, porque siempre hay una primera vez, pero lo cierto es que estamos que lo tiramos.