Lo primero que quiero decir es que nadie se sienta ofendido, o especialmente ofendido, ya que servidor, responsable del título de esta entrada se encuentra dentro de esa categoría, la de ciudadano tonto, se entiende.
¿Y por qué digo esto? Pues porque debe ser verdad ya que son muchas las personas e instituciones cultas y refinadas que lo dicen. Desde los gobiernos de casi toda Europa (y no digo toda porque no lo puedo confirmar, pero seguramente así sea), hasta buena parte de los medios de comunicación (incluidos algunos que caen en una manifiesta contradicción).
Por si no han caído en la cuenta, les hablo de la reacción que ha provocado la convocatoria de referéndum sobre el rescate europeo para Grecia.
Desde todo el mundo se critica esta decisión. Y muchos de los críticos son los mismos que se subieron al tren del 15M que, entre otras cosas, pide más poder para el pueblo en forma de más consultas ciudadanas en lugar de las elecciones cada 4 años.
Entiendo que muchos critiquen que, con esta medida, se paraliza el proceso de rescate ya que éste queda emplazado hasta la cita con las urnas.
Incluso comparto que el más que previsible NO que emitirá esa consulta nos mete en un apuro serio a toda la eurozona.
Incluso admito que la mayor parte de la población griega puede que vote ofuscada por los años de recortes y sacrificios que están viviendo y no piensen que es necesario una purga para salir adelante (purga que no sólo debe sufrir la sociedad sino muchos de los causantes de la crisis que están saliendo de rositas, pero eso es otra cuestión).
No obstante, me indigna (aprovechemos esta palabra tan en boga últimamente) que desde todos los lados se critique al presidente heleno, Yorgos Papandreu, por tomar esta decisión.
¿Acaso el rescate y las condiciones que él implica no afectan plenamente a la sociedad griega? ¿Acaso no tienen derecho a opinar al respecto?
¿O es que sólo nos subimos al carro del poder del pueblo y para el puebo cuando nos interesa?
Debe ser que, como decía en el título de esta entrada usted, un servidor y la inmensa mayoría de ciudadanos somos tan tontos que no tenemos derecho de elegir en asuntos que nos atañen directamente.
Mejor que lo hagan las élites de turno.
PD: Siento no ilustrar este texto con una imagen como habitualmente, pero cuestiones técnicas lo imposibilitan.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
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