lunes, 3 de mayo de 2010

Finanzas para todos, consejos llamativos


Este lunes, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España presentaron el portal de educación financiera www.finanzasparatodos.es.
Un portal con un objetivo básico difundir los conocimientos más básicos entre todas las capas de la población y, así contribuir a la seguridad financiera de todos los ciudadanos, según el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
Una iniciativa que, con toda sinceridad, me parece muy acertada y más en los tiempos que corren, tanto de forma general (para la sociedad en su conjunto), como particular (para servidor y todos aquellos compañeros del máster en Periodismo Económico a los que nos vendrá bien que alguien nos explique todas esas cosas que quedaron en el tintero por incompetencia, desidia o errores de partida de los responsables pertinentes).
Dentro del portal, los usuarios podrán resolver dudas vinculadas a diferentes aspectos de su economía personal como la compra de una vivienda, consejos para invertir o cómo llegar a fin de mes, entre otros. Todo de forma ‘personalizada’ ya que el portal permite seleccionar el perfil más cercano al ciudadano (estudiante, parado, autónomo, trabajador por cuenta ajena, etc).
Sin embargo, uno de los aspectos que más llamó mi atención aparecía en el apartado de las pensiones públicas.
En el mismo, se leen frases que no por repetidas, dejan de sorprender, en tanto en cuanto están ‘en boca’ de organismos públicos y abordan temas que, supuestamente, siguen en el alero de la discusión política.
Ejemplo 1: “Con la evolución demográfica prevista, el sistema de la Seguridad Social, tal como hoy lo conocemos, difícilmente podrá mantenerse”. (primer gancho de derechas)
Ejemplo 2: “A medio plazo, se habla de calcular las pensiones en función de la vida laboral completa de la persona, en vez de sobre los últimos quince años como ocurre ahora, lo que redunda en una reducción del importe de la pensión a cobrar” (sucesión de gancho de derechas, y dos directos de izquierdas. Con la que se lió cuando hablaron de ampliar de 15 a 25 años, ahora que dicen toda la vida laboral, la que se puede montar).
Y sobre todo, Ejemplo 3 (de hecho aparece destacado como consejo para el lector): “Las pensiones públicas son el primer pilar de la jubilación, pero puede que no sean suficientes para cubrir todas sus necesidades económicas. Si quiere mantener su actual calidad de vida durante la jubilación, posiblemente necesite una cobertura complementaria, que vendrá del ahorro privado” (el golpe definitivo).
Desde luego no se puede decir que no sean directos y sinceros los técnicos encargados de dar vida a esta interesante herramienta educativa.
Que la aprovechen (aprovechemos).

domingo, 2 de mayo de 2010

Matices que cambian todo


Miró la fotografía. Sintió envidia de la alegría de aquel joven francés con el bronce al cuello y pensó que no había marcha atrás. No podía seguir así, no ahora que todo había saltado por los aires. No ahora que su prestigio se había hundido. Ya nadie le miraría igual. Ni siquiera, cuando fuera legal. Porque la sospecha sería más fuerte.
Si, es verdad lo que le decían. El mundo no se acababa. Existían otros caminos, otras puertas por atravesar; pero el sabía que muchas de las puertas que le citaban no existían para él.
Era fácil hablar cuando tenías acceso a todo, al contrario de lo que les había ocurrido a ellos, con el agua al cuello desde que vinieron a este mundo, se repetía.
Por eso, dejó la fotografía sobre la mesa y empezó a preparar el cinturón y la silla con la que trataría de colgarse y decir adiós a esa cárcel de la que había tratado de escapar y de la que nunca lo lograría tras descubrirse el engaño.
No quería vivir como lo habían hecho sus padres y la alternativa con la que soñó se había esfumado para siempre.
Lo sentía por aquellos a los que quería, pero no podía seguir así.

Estas líneas que acaban de leer son ficción, pero están basadas en un caso real. Es la historia del ciclista polaco Kacper Szczepaniak. Éste se había proclamado recientemente subcampeón del mundo sub-23 de ciclocross. Y, para alegría de la familia Szczepaniak, lo había hecho por detrás de su hermano Pawel.
Sin embargo, ambos fueron cazados en las pruebas antidopaje por lo que, probablemente, se les desposeería de los galardones al tiempo que se les impondría la sanción correspondiente.
Pocos días después, Kacper trató de suicidarse aunque afortunadamente, su padre lo evitó.
Según diversas declaraciones de personas cercanas a ambos, se cree que cayeron en la tentación del doping para tratar de asegurarse un futuro en el mundo del ciclocross, lejos de su Polonia natal y del ejemplo que vivieron con su padre, un humilde conductor de autobuses que apenas ganaba 250 euros al mes con los que tuvo que hacerse cargo de toda la familia.
Con esta historia no pretendo justificar el engaño y las trampas cometidas por ambos hermanos, pero sí destacar que, en ocasiones, cuando se nos llena la boca emitiendo juicios sumarísimos, deberíamos serenarnos y tratar de tener toda la información antes de hablar.
Porque no me negarán que si les cuento la historia de dos hermanos que se habían dopado para proclamarse campeones del mundo, su reacción hubiese sido muy distinta.
La mía al menos, sí que lo habría sido.

Primero de Mayo


Lo primero, una advertencia. No soy objetivo puesto que acabe muy descontento con la actuación de los sindicatos en el trance laborar que viví meses atrás en mi empresa. Una experiencia personal que vino a reforzar una línea de pensamiento más bien crítica con el sistema actual de trabajo de las principales fuerzas sindicales (a las que yo calificó de partidos políticos que sólo miran por los intereses de sus afiliados y no por el conjunto de la sociedad).
Dicho esto, quería subrayar el escasísimo seguimiento de la manifestación principal del Primero de Mayo. Una jornada que históricamente arrancó siendo reivindicativa y que ya lleva demasiado tiempo abducida por un espíritu lúdico-festivo.
Fiesta de los que acuden porque son (somos) muchos los que no acudimos. Y no es que no queramos defender nuestros derechos, sino que no queremos que utilicen nuestra persona en pro de su sindicato (por experiencia propia, lo primero que te ofrecen son sus pegatinas y banderines para portarlos en las manifestaciones).
El caso es que, según los cálculos de la agencia EFE que contrató a una empresa especializada en el conteo de manifestantes, sólo 5.766 personas acompañaron a Toxo y Méndez.
Y eso, cuando el paro más arrecia. Por ello, me pareció muy oportuno el titular de Javier Gallego que hoy abre el diario El Mundo: “Los sindicatos con más paro y menos apoyo no ceden en nada”.
Y es que, según cuentan las crónicas, tanto UGT como CCOO se mantienen impertérritos en sus posiciones de rechazo frontal a la reforma laboral y la propuesta de retrasar la edad de jubilación.
Personalmente, comparto plenamente con ellos su idea de que los trabajadores no tuvieron nada que ver en el desencadenamiento de la actual crisis y que, por tanto, no deben ser ellos los que carguen con el muerto de los recortes, pero lo cierto es que los números cantan.
Y que, incluso en la época de vacas gordas, la tasa de paro rondaba el 8%. Vamos que, muy bien montado no debe estar el sistema y que, por tanto, una reforma, adecuada (esa sí que es la clave, dar con la tecla evitando las presiones de unos y otros y los intereses electoralistas), es necesaria.
De hecho, y hablo a nivel personal, lo mismo me da los 45 días de indemnización que los 33 de los que se habla ahora. Lo primero porque servidor convivió con ese contrato reducido y porque, ahora mismo, lo que quiero es trabajar, sea con 45 días o con 33.
Y lo mismo sostengo sobre el tema de las pensiones, ya que, si somos inmovilistas, parece complicado que el sistema sea sostenible en un futuro. Y eso es lo que realmente me interesa: contar con una pensión cuando llegue el momento.
No obstante, según comentaba hoy Miguel A. Noceda en la edición Negocios del diario El País, es probable que esta semana haya avances significativos en la materia. Esperemos que sean para bien y que den con la tecla, esa de la que hablaba antes y que tan difícil es de encontrar.