domingo, 2 de mayo de 2010
Primero de Mayo
Lo primero, una advertencia. No soy objetivo puesto que acabe muy descontento con la actuación de los sindicatos en el trance laborar que viví meses atrás en mi empresa. Una experiencia personal que vino a reforzar una línea de pensamiento más bien crítica con el sistema actual de trabajo de las principales fuerzas sindicales (a las que yo calificó de partidos políticos que sólo miran por los intereses de sus afiliados y no por el conjunto de la sociedad).
Dicho esto, quería subrayar el escasísimo seguimiento de la manifestación principal del Primero de Mayo. Una jornada que históricamente arrancó siendo reivindicativa y que ya lleva demasiado tiempo abducida por un espíritu lúdico-festivo.
Fiesta de los que acuden porque son (somos) muchos los que no acudimos. Y no es que no queramos defender nuestros derechos, sino que no queremos que utilicen nuestra persona en pro de su sindicato (por experiencia propia, lo primero que te ofrecen son sus pegatinas y banderines para portarlos en las manifestaciones).
El caso es que, según los cálculos de la agencia EFE que contrató a una empresa especializada en el conteo de manifestantes, sólo 5.766 personas acompañaron a Toxo y Méndez.
Y eso, cuando el paro más arrecia. Por ello, me pareció muy oportuno el titular de Javier Gallego que hoy abre el diario El Mundo: “Los sindicatos con más paro y menos apoyo no ceden en nada”.
Y es que, según cuentan las crónicas, tanto UGT como CCOO se mantienen impertérritos en sus posiciones de rechazo frontal a la reforma laboral y la propuesta de retrasar la edad de jubilación.
Personalmente, comparto plenamente con ellos su idea de que los trabajadores no tuvieron nada que ver en el desencadenamiento de la actual crisis y que, por tanto, no deben ser ellos los que carguen con el muerto de los recortes, pero lo cierto es que los números cantan.
Y que, incluso en la época de vacas gordas, la tasa de paro rondaba el 8%. Vamos que, muy bien montado no debe estar el sistema y que, por tanto, una reforma, adecuada (esa sí que es la clave, dar con la tecla evitando las presiones de unos y otros y los intereses electoralistas), es necesaria.
De hecho, y hablo a nivel personal, lo mismo me da los 45 días de indemnización que los 33 de los que se habla ahora. Lo primero porque servidor convivió con ese contrato reducido y porque, ahora mismo, lo que quiero es trabajar, sea con 45 días o con 33.
Y lo mismo sostengo sobre el tema de las pensiones, ya que, si somos inmovilistas, parece complicado que el sistema sea sostenible en un futuro. Y eso es lo que realmente me interesa: contar con una pensión cuando llegue el momento.
No obstante, según comentaba hoy Miguel A. Noceda en la edición Negocios del diario El País, es probable que esta semana haya avances significativos en la materia. Esperemos que sean para bien y que den con la tecla, esa de la que hablaba antes y que tan difícil es de encontrar.
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Excelente reflexión...
ResponderEliminarPor cierto, los comentarios te los suelos hacer en SHDC. Por lo de fomentar y picar la curiosidad de la gente...
Si de mí dependiera gente con tu nivel de reflexión y comprensión estaría en los medios... y hasta cobrando, jeje.
Haga los comentarios donde mejor le venga. Yo, cuando me acuerdo del blog, miro también el otro a ver qué novedades hay (soy uno de los 2.000 no sé cuantos usuarios), así que me terminaría enterando de todas, todas jeje.
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