viernes, 21 de octubre de 2011

Aquellos días


Ya lo saben todos ustedes. Aunque conviene mantener cierta prudencia, todo hace indicar que el terrorismo de ETA nos ha dejado para siempre. Después de décadas y décadas de terror, el mundo estará un poquito más tranquilo.
Curiosamente, la noticia coincidía con el asesinato de Gadaffi, un dictador que, entre otros muchos crímenes, parece ser el responsable del atentado de Lockerbie, aquel en el que se atentó contra un avión que cayó en dicha localidad escocesa causando 270 muertos.
¿Se han parado a pensar en la cantidad de miles de personas, que, durante algún momento de su vida, habrán esperado vivir este momento?
Basta con mirar los diarios de hoy y comprobar las mortíferas estadísticas. En noviembre de 1980 se registraron 15 asesinatos de la banda terrorista. Desconozco con exactitud los datos (dichas cifras las he leído en una infografía que publica hoy EL PAÍS), pero simplificando, esos números suponen que ETA ponía un muerto encima de la mesa cada dos días (92 víctimas ese año, el más sangriento de la banda).
Sin lugar a dudas, por entonces debía ser inimaginable que hoy, 31 años después, se anunciase el cese del terrorismo.
Igual de inimaginable que la caída de Gadaffi. Pero claro, pensando y pensando, recordé la infinidad de momentos históricos que he vivido en mi ‘corta’ vida.
¿Quién no recuerda el 11-S o el 11-M?
¿Y cómo olvidar la mayor crisis económica desde 1929?
Pero incluso en las buenas nuevas me siento un privilegiado. Aunque por entonces no me interesaba tanto la política internacional, muchos de nosotros hemos vivido la caída del muro de Berlín. Un suceso que cambió el mundo.
Y ahora que recuerdo el pasado, momento en el que mi mayor afición eran los deportes, recordar que también hemos vivido el sueño de miles de personas al ver como España se proclamaba campeona del mundo de fútbol y como acogía con éxito unos Juegos Olímpicos inolvidables.
O, ciñéndome más a mi deporte predilecto, asistimos al primer maillot amarillo de Indurain, lo mismo que al primer arco iris de nuestro país con Olano al frente e Indurain a su estela.
Y más concretamente todavía, hace ‘cuatro días’, Guadalajara se asomó a la élite del fútbol nacional con el histórico ascenso en Miranda de Ebro. Por no citar, los ascensos de ‘anteayer’ a Segunda B o el del Gestesa en Tres Cantos tras lanzar 21 penaltis.
Cuántos momentos inolvidables e históricos hemos vivido. Supongo que esto pasa siempre, porque siempre hay una primera vez, pero lo cierto es que estamos que lo tiramos.

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