lunes, 18 de enero de 2010
Ejemplo chileno
Imaginen la situación. Noche electoral. Rajoy o Zapatero han vencido/perdido las elecciones generales. Pese al amargor por la derrota Rajoy/Zapatero no tarda ni 30 segundos en felicitar al vencedor. Es más, apenas unas horas más tarde se desplaza a Ferraz/la calle Génova con sus familiares para fundirse en un abrazo con su adversario político. La familia socialista/popular presente en la sede brinda una cerrada ovación al perdedor.
¿Se lo imaginan de verdad? Lo más seguro es que su respuesta sea no, pero eso fue lo que sucedió en la noche del domingo al lunes en Chile, tras conocerse los resultados de la segunda vuelta de las elecciones. Allí no estaban Zapatero ni Rajoy (para fortuna de los chilenos), sino Sebastián Piñera, candidato de Coalición por el Cambio, y el ex presidente Eduardo Frei, de la Concertación.
El primero, vencedor, sustituirá al frente del país latinoamericano a Michelle Bachelet, mandataria que dice adiós al cargo con una popularidad altísima (que sin embargo no le ha hecho perder el sentido como a muchos otros dirigentes que se aferran al cargo en los últimos tiempos en la región). La presidenta saliente, compañera de partido de Frei, tampoco dudó en felicitar públicamente por teléfono a Piñera mientras éste le pedía “consejo y ayuda para poder continuar su labor porque su experiencia de Gobierno es muy importante". "Mañana iré a su domicilio y conversaremos", contestó la Bachelet. A continuación la mujer de Piñera tomó la palabra para decirle: "Señora presidenta, quiero decirle que como mujer me siento orgullosa de que usted haya sido la presidenta de los chilenos".
Un ejemplo democrático que ya nos gustaría ver en muchos otros puntos del mapa, España incluida por supuesto. Sobre todo, teniendo en cuenta la trascendencia del relevo. Y es que, la victoria de Piñera supone el retorno de la derecha al poder en Chile tras 52 años (Allende, la dictadura de Pinochet y los 20 años de la coalición progresista creada precisamente contra la dictadura).
Un regreso sin incidentes y eso que las autoridades tenían cierto temor por la peculiar forma de realizar el recuento. Según contaba Jorge Marirrodriga en su crónica para El País, en Chile, “las urnas se abren en presencia del público y de los medios de comunicación. Entonces el presidente de la mesa abre cada voto y lo muestra cantando el nombre del votado. Muchos de los presentes responden con aplausos o abucheos según sea el voto. Y es aquí donde el Ministerio del Interior temía que se pudieran producir incidentes. No pasó absolutamente nada. Cada uno jaleó los votos propios, abucheó los ajenos y luego todos se marcharon, unos a casa y otros a festejar la victoria”.
Lo dicho, todo un ejemplo del que deberíamos tomar nota.
PD: También en Ucrania hubo jornada electoral el domingo, aunque en este caso se trataba de la primera vuelta. Víctor Yanukóvich (pro-ruso) y Yulia Timoshenko (una de las líderes de la Revolución naranja de hace un lustro aproximadamente), se medirán en la segunda vuelta el día 7 de febrero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario