martes, 1 de diciembre de 2009

¿Qué sostendrá la nueva Ley de Economía?


Sonrientes, aunque sin excesos, aparecieron las dos vicepresidentas del actual Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y Elena Salgado. La primera ejerció de maestra de ceremonias; la segunda centró la atención. Entre ambas, aunque con más preponderancia de la ministra de Economía, se presentaron los primeros esbozos de la Ley de Economía Sostenible. El anteproyecto, aprobado por el Ejecutivo el pasado viernes, será defendido hoy por Rodríguez Zapatero ante el Congreso de los Diputados.
Lo expuesto por las vicepresidentas sonaba bastante bien. Quizás porque no llegaron a cantar la letra de la canción y se limitaron a tararearla. Quizás porque es asumido por todos que el sistema hay que cambiarlo por el bien común (de la sociedad, del medio ambiente, etc). Quizás porque ya conocíamos muchas de las medidas comentadas y nos habíamos hecho a la idea. Quizás, porque en el fondo, son buenas ideas.
Pero he aquí la cuestión. En el fondo, son buenas ideas. Pero, ¿y en la superficie? Porque Salgado y De la Vega hablaron de un proyecto de país para 2020, pero y qué hacemos hasta entonces.
Es evidente que el modelo productivo de un país no se cambia de la noche al día. Es más, no sé yo si con diez años tendremos suficiente para agitar los anquilosados bloques que conforman la economía (y la cultura, mentalidad, etc) de este país.
No obstante, la situación actual es alarmante (que les voy a contar que ya no sepan: paro, recesión, déficit...) como para limitarnos a hablar de grandes actuaciones que requieren una década para su desarrollo. Y ese es, desde mi punto de vista, el gran ‘pero’ de la nueva Ley: apenas aborda remedios concretos para alguna de las múltiples enfermedades que mantienen al país en la UCI.
¿De qué me sirve hablar de 2020, si antes no arreglo el desaguisado que se prevé para 2010, 2011 y 2012? O dicho de otra forma, ¿qué economía tendrá que ‘sostener’ la Ley de Economía Sostenible?
Por si fuera poco, un proyecto de tal envergadura requiere el compromiso de los dos grandes partidos puesto que es muy probable que, durante el camino hasta llegar a ese 2020, sean variados los rostros que ocupen el Palacio de la Moncloa y, al igual que con la educación, no podemos cambiar el rumbo cada ocho años (si es que llega a ocho años). Un compromiso que se antoja imposible si, antes incluso de presentar la Ley, Montoro ya hablaba de proyecto franquista.
En fin, veremos que nos comenta hoy ZP.


PD: Por cierto, ¿no notan nada extraño hoy? ¿No? Yo tampoco, la verdad. Vaya chasco esto del Tratado de Lisboa que hoy, 1 de diciembre, entra en vigor. Que lo suspendan y hagan otro nuevo. Total, con el ambiente ‘tan’ pro-europeo que se respira actualmente por las grandes capitales europeas, poco importa la verdad. Menos mal que, como leía recientemente, siempre quedan casos como Albania, donde el 88% de la población desea unirse a la Unión Europea.

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