jueves, 3 de diciembre de 2009

Podría pasar aquí


Vamos con otra cuestión que anuncié días atrás. Me refiero a la polémica levantada por la aprobación en referéndum y con un 57% de los votos de la inclusión en la Constitución de una cláusula que prohibiría la construcción de minaretes en las mezquitas que vayan a construirse en Suiza.
Un resultado totalmente inesperado por los medios oficiales helvéticos horas antes de producirse (se hablaba de un voto favorable cercano al 37% de la población), pero que, tras anunciarse, provocó una ola de críticas en muchos países europeos.
La pregunta que me hago es: ¿por qué esas condenas al pueblo suizo? ¿Acaso, aquellos que levantan la voz no creen que, en sus respectivos países, se obtendrían resultados parecidos? Porque, lamentablemente, es un hecho que somos intolerantes pese a lo que recen los discursos oficiales. De hecho, en Suiza no sólo secundaron la medida los extremistas de derecha. También muchos socialistas y demás progresistas se adhirieron a la causa contra los minaretes.
Es más, basta con mirar las pegas y obstáculos que millones de europeos y buena parte de los Gobiernos de la UE establecen a una hipotética adhesión de Turquía por motivos puramente religiosos.
Razones y explicaciones, hay muchas. Pero las estadísticas exclaman la verdad y algunas se aprecian en al artículo publicado por Fernando Peinado y Rodrigo Carrizo en la edición de ayer de El País.
Así, la percepción de la discriminación por motivos religiosos alcanza el 39% de media en la Unión Europea, siendo Francia (con un 58%), Holanda (59%), Dinamarca (55%) y Bélgica (54%) los que más alzan el promedio. Por curiosidad, decir que en España, el porcentaje ‘se queda’ en un 32%.
¿Quieren más? Un 38% de los musulmanes de Alemania, un 35% del Reino Unido y un 29% de Francia e Italia no se sienten integrados en absoluto en sus nuevos países.
Y lo que me parece aún más preocupante: según Tariq Ramadan, teórico del islam en Oxford; en Francia se ha demostrado que las tesis del Frente Nacional de Jean Marie Le-Pen son aceptadas hasta por un 73% de votantes, si estos no saben que las ideas provienen del Frente Nacional, lo que demuestra que el problema no son las ideas antimusulmanas, sino quien las dice.
Negro panorama para la convivencia y que podría oscurecerse si mis temores (lo acontecido en Suiza podría repetirse en casi todos los países de la UE), se confirman en otros países donde los partidos de extrema derecha ya se han puesto manos a la obra.

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