sábado, 23 de octubre de 2010
¡Enfría, enfría!
Hace ya muchos meses, en una conversación con una compañera china del Máster de periodismo económico que realicé, se habló de los altísimos precios que las viviendas tienen en nuestro país. Lógicamente, y aprovechando su presencia, le preguntamos por cuál era la situación en el gigante asiático y su respuesta, más o menos, vino a ser ésta: “Los precios son más bajos que aquí, pero ahora están subiendo mucho”.
Curiosamente, sus palabras fueron reforzadas por un artículo que El País publicó algo después en la sección de Breakingnews. En él, se apuntaba que “la recuperación china depende excesivamente de la inversión inmobiliaria”.
Pues bien, recientemente (19 de octubre), China decidió subir los tipos de interés de referencia a un año un 0,25%. ¿El propósito? Intentar enfriar una economía que se calentaba peligrosamente como y sufría amenazas como la inflación (el último dato supera en 0,6% lo esperado), y el futuro estallido de la burbuja inmobiliaria (¿a que esto nos suena cercano?).
Este movimiento, inédito desde 2007, se enmarca dentro de una guerra de divisas (varios países, entre ellos el propio gigante comunista, actúan en los mercados para que su moneda tenga poco valor lo que permite aumentar la competitividad de sus productos) y de la coronación indirecta de Xi Jinping como futuro sucesor del presidente Hu Jintao (aunque curiosamente fueron varios los periódicos nacionales que se centraron en la mujer del futuro mandatario ya que se trata de una famosa cantante de ópera a la que, según los medios, el Partido Comunista pidió que rebajara su popularidad para no perjudicar a su marido).
Sea como fuere, esperemos que la burbuja no estalle también en China, primero, por ls propios ciudadanos asiáticos y, además, por el tremendo terremoto que podría provocar en todo el mundo.
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