viernes, 2 de abril de 2010

Poner una Flecha en Flandes


Apenas restan unas horas para que arranque uno de los mayores espectáculos del mundo ciclista, la Ronde van Vlaanderen o, traducido al castellano, el Tour de Flandes, una prueba que reúne entorno a la carretera a un millón de belgas que viven la jornada como una auténtica fiesta.
Una carrera que copa la actualidad informativa del país y concretamente de la región flamenca desde los días previos, porque allí es poco más que una religión teñida de fiesta grande.
Una fiesta para la que los grandes favoritos se han preparado a conciencia desde hace un mes, cuando arrancó la temporada de clásicas belgas de pavé con la Omloop Het Nieuwsblad.
Prueba que, precisamente vio el primer triunfo en una carrera de estas características de mi adorado Juan Antonio Flecha. Un Flecha que tratará de reutilizar su arco (en sus celebraciones simula el lanzamiento de una flecha) el domingo a eso de las 17,00 horas.
Eso sí, no lo tendrá nada fácil porque la nómina de candidatos es enorme.
Como cabezas de serie, sin duda, Boonen y Cancellara, seguidos muy de cerca por Pozzato y Breschel. Pero claro, ahí aparecen amenazantes los Devolver (vencedor de las dos últimas ediciones), Gilbert, Ballan o Nuyens, entre muchos otros.
¿Por qué un abanico tan grande? Porque en carreras de este tipo, con carreteras estrechas, adoquín y, puede que también lluvia, el pelotón se puede cortar en cualquier lado.
Yo espero que la carrera vaya loca desde el Oude Kwaremont, una cota de algo más de dos kilómetros, de los que 1.500 metros son de adoquín con una pendiente máxima del 11,3%.
Un aperitivo minutos antes de subir el Paterberg (360 mts. / 12,9% / Máx: 20,3. Adoquines: 350 mts) y el Koppenberg (600 mts. / 11,6% / Máx: 22. Adoquines: 600 mts), cuando aún restarán 80 kilómetros para el final.

Al menos, en las pruebas de preparación, carreras con un enorme prestigio a su vez, hemos visto ataques locos (principalmente de Boonen) en cuanto la carretera se empinaba y se volvía botosa. Demarrajes que destrozaban el gran grupo y permitían ver duelos de primer nivel así como circunstancias ‘curiosas’ (la victoria de Breschel en otras de las clásicas en solitario merced a un ‘no ataque’ que le permitió escaparse de la vigilancia de sus rivales; el adiós a las claras opciones de victoria de Freire en la Gante Wevelgem por un tira tú que a mi me da la risa, etc)
Por si la prueba no anda ya decidida, como penúltimo plato del menú, tenemos el mítico Muur-Kapelmuur (475 mts. / 9,3% / 19,8%. Adoquines: 475 mts) a 16 kilómetros del final y, para cerrar, el Bosberg, de menor entidad, pero tremendamente dañino con 250 kilómetros y 15 cotas en las piernas.
Afortunadamente, este año, Teledeporte parece que se volcará con el segundo de los Cinco Monumentos del ciclismo mundial (los otros cuatro son Milán San Remo, la París Roubaix, la Lieja-Bastogne-Lieja y el Giro de Lombardía), ofreciendo imágenes desde las 12,40 horas.
Ahora sólo toca esperar que arranque la prueba y disfrutar, especialmente, si Flecha logra armar su arco en el templo flamenco.

PD: Los datos sobre las cotas, han sido recogidos del Foro El Parlamento Ciclista.

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