domingo, 12 de septiembre de 2010
¡Qué cosas!
Una ración de noticias curiosas o, mejor dicho, inverosímiles. Porque inverosímil es que te caigan siete rayos encima o, en su defecto, seis meteoritos. Pues bien, eso es lo que sufrieron (o ha sufrido en el caso de nuestro segundo personaje) Roy Sullivan y Radiovoje Lajic.
Sullivan fue un guardabosques que, a lo largo de su vida recibió el impacto de siete rayos. Y gracias, porque según cuentan diversas fuentes, otros dos rayos cayeron sobre personas que se encontraban en ese momento a su lado. Nueve rayos cuando, según algunas estadísticas, las probabilidades de que te caiga un rayo son de 1/60000 aproximadamente.
Curiosamente, nuestro protagonista no falleció por ninguno de esos accidentes, sino porque se suicidó, según parece por depresión al no poder soportar el estigma de atraer rayos y la consecuente exclusión social.
Por su parte, Lajic es un bosnio que en los últimos tres años ha visto como sobre su casa caían hasta seis meteoritos diferentes. El caso, de por si extraño, llama más la atención al observarse que ninguno de esos meteoritos ha rozado siquiera las casas que lindan con la de Radiovoje. Según cuentan las crónicas, el hombre se lo toma con filosofía y con un poco de preocupación y hasta insinúa que los extraterrestres deben estar enfadados con él.
Por el momento, Lajic ha adoptado dos iniciativas. De un lado, cubrir su techo con vigas de acero para evitar que nuevos meteoritos lo destruyan de nuevo y, como no podía ser menos, hacer caja con los numerosos visitantes que acuden a conocer el lugar y a sus dueños.
PD: En principio no debería tener cabida en esta entrada sobre noticias inverosímiles, pero después de mucho pensar, decidí que sí. Y ésta, más que una noticia, es una reflexión. Porque, no sé si se habrán dado cuenta, miles de personas en nuestro país comentan y hasta son un poco más felices después de que el Hércules derrotase ayer 0-2 al Barcelona.
Lógicamente, ya que tienen todo el derecho del mundo a ello, celebran dicho resultado con total normalidad. Parece que ya a nadie le importa que parece demostrado que el Hércules ascendió a Primera División tras comprar a diversos rivales y que su máximo accionista, además de lo anterior, está implicado en los casos de corrupción conocidos como Brugal y Gurtel.
Ver la naturalidad con la que asumimos la corrupción en este país es tan inverosímil o más que las noticias previas.
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