sábado, 4 de septiembre de 2010

Periodista


Recientemente, me gané un pequeño rapapolvo de una amiga al confesarle que me planteaba seriamente mandar mi CV a un Mercadona muy cercano a mi futuro hogar. Desde su punto de vista, estaba siendo demasiado negativo. Más pronto o más tarde, terminaría saliendo alguna oferta relacionada con mi mundillo (por si alguien no lo sabe, el periodismo), apuntaba.
El caso es que unos días más tarde (el viernes para ser exactos), una noticia publicada en el diario EL MUNDO llamó mi atención. La información versaba sobre un nuevo caso de violencia de género, pero lo cierto es que, lo que despertó mi interés fue la imagen de mis compañeros, ‘luchando’ por sacar el mejor plano posible del lugar y que ilustra este texto.
De hecho, me centré en la figura de la joven que aparece agachada. La verdad es que me extrañó que enfocase hacia otro punto distinto al del resto de sus compañeros, pero luego me fijé en su mano izquierda. En ella llevaba el micrófono del correspondiente medio para el que trabaja.
Lamentablemente no es la primera vez que veo a un periodista o cámara, doblando funciones y grabando al tiempo que toma declaraciones.
No obstante, la estampa me deparó una última sorpresa. Y es que (supongo que ya se habrán dado cuenta), del cuello de esta compañera de profesión cuelga una cámara de fotos.
Es decir, en el mejor de los casos, una única persona cubre el trabajo de tres. Y digo en el mejor de los casos porque imagino que también se encargará de editar la pieza para la televisión y porque, ya puestos, no me extrañaría que el dueño de la empresa disponga también de una emisora de radio en la que nuestra protagonista locutará la correspondiente información.
Si a ello le añadimos que, según el 6º Informe Anual sobre la profesión periodística realizado por la Asociación de la Prensa de Madrid, en 2009 se licenciaron 2.550 nuevos periodistas (35.037 en los últimos once años); que, tal y como está el mercado laboral son cada vez más los que se decantan por seguir estudiando por lo que la cifrá aumentará y aumentará mientras que muchos medios recortan sus plantillas o desaparecen. Y que, por último, atendiendo a los datos del paro, en agosto, del millón largo de contratos firmados en agosto, el 93,4% fueron temporales (cierto es que en verano se lleva mucho la temporalidad, pero también que estas cifras no se alcanzaban desde hace 12 años); lo cierto es que la opción de Mercadona no me parece tan disparatada.
No obstante, en una cosa tenía razón mi amiga. La ilusión es lo último que se pierde.

3 comentarios:

  1. Sí Juanjo, la ilusión es lo último que se pierde... pero cada vez hay que poner más empeño en no perderla. Es muy triste la situación a la que se ha llegado en los medios de comunicación. Algunos ya nos hemos resignado a no ejercer la profesión y buscar otras opciones. En mi caso, encantada de haber emprendido la aventura de empezar una nueva carrera que me apasiona aunque con miedo ante un futuro que tampoco se ve nada claro.
    Igual el Mercadona de al lado de casa, futuro vecino, no es tan mala opción... ;)

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  2. Juanjo tu post ilustra muy bien la situación que vivimos los periodistas. Tal vez mi caso sea un poco distinto, pero lo cierto es que yo también soy de las que van siempre con cuaderno para tomar nota, cámara de fotos, grabadora...
    Los responsables de los medios se han acostumbrado a este tipo de cosas: quieren "periodistas todoterreno" (que sepan hacer de todo) y mal pagados.
    No te desanimes!!

    La amiga que te echó el rapavolvo.

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  3. Chicas, perdón por el retraso que acabo de ver vuestros comentarios. Y es que la verdad (no predico con el ejemplo) suelo entrar en el blog sólo cuando cuelgo alguna nueva entrada.
    Sea como fuere, no perdamos la esperanza de encontrar un buen curro o el Euromillón jejeje

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