lunes, 31 de octubre de 2011

Sin hora menos en Canarias (y otras cuestiones)


Cuántas veces hemos oído eso de… “Son las XX, las XX menos uno en la Comunidad Canaria”. Pues bien, hoy les escribo sobre esta cuestión ya que el fin de semana, escuchando/trabajando en Tablero Deportivo de Radio Nacional de España, caí en la cuenta de un hecho llamativo.
Ya saben que este fin de semana nos tocaba cambiar la hora a nuestros relojes (a las 3 eran las 2).
Como comentaban en antena este cambio provocaba que, durante 60 minutos, la hora Canaria y la peninsular coincidieran ya que, hasta que no fueran las 3 de la mañana en las Islas Afortunadas, éstos no retasarían sus relojes.
Lo cierto es que no sé hasta qué punto éste comentario era válido ya que desconozco si allí el cambio horario se realiza a las 2 en lugar de a las 3; pero casi seguro que no es así (de serlo, deberíamos haber escuchado alguna vez aquello de “acuérdense de cambiar la hora: en la península a las 3 y en Canarias a las 2).
De igual manera, se deduce que, en primavera, durante 60 minutos, la diferencia horario entre la península y las Canarias será de dos horas. La hora habitual, unida al periodo de tiempo que pase desde que aquí adelantamos el reloj, hasta que hacen los propio en aquellas tierras.
¿No me negarán que es curioso?



Vale, lo admito, es curioso y bastante intrascendente. Por ello, aprovecho para recordarles que ya somos más de 7.000 millones de seres humanos en el planeta. La cifra asusta, sobre todo, teniendo en cuenta la escasez de recursos y, SOBRE TODO, la pésima gestión de los mismos.
No obstante, como no es cuestión de amargar al recién nacido, darle la bienvenida a nuestro mundo.
Y ya que estoy, si por casualidad, dicho ser humano leyera este texto dentro de unos años, le pediría que reflexionase sobre la importancia que se le da al aborto en el futuro (su presente).
Y es que llama poderosamente mi atención que, con la que está cayendo, gran parte del debate en torno al programa del PP (más que previsible ganador de las elecciones del 20 N) se centre en su posición respecto al aborto.
No pretendo decir que el tema no sea trascendental, pero creo sinceramente que hay cosas mucho más importantes que tratar a corto plazo más que si una menor está o no obligada a informar a sus padres de un posible aborto.
Supongo que debo ser un bicho raro y que por eso llama mi atención noticias tan ‘tontas’ como la de la hora menos.

viernes, 21 de octubre de 2011

Aquellos días


Ya lo saben todos ustedes. Aunque conviene mantener cierta prudencia, todo hace indicar que el terrorismo de ETA nos ha dejado para siempre. Después de décadas y décadas de terror, el mundo estará un poquito más tranquilo.
Curiosamente, la noticia coincidía con el asesinato de Gadaffi, un dictador que, entre otros muchos crímenes, parece ser el responsable del atentado de Lockerbie, aquel en el que se atentó contra un avión que cayó en dicha localidad escocesa causando 270 muertos.
¿Se han parado a pensar en la cantidad de miles de personas, que, durante algún momento de su vida, habrán esperado vivir este momento?
Basta con mirar los diarios de hoy y comprobar las mortíferas estadísticas. En noviembre de 1980 se registraron 15 asesinatos de la banda terrorista. Desconozco con exactitud los datos (dichas cifras las he leído en una infografía que publica hoy EL PAÍS), pero simplificando, esos números suponen que ETA ponía un muerto encima de la mesa cada dos días (92 víctimas ese año, el más sangriento de la banda).
Sin lugar a dudas, por entonces debía ser inimaginable que hoy, 31 años después, se anunciase el cese del terrorismo.
Igual de inimaginable que la caída de Gadaffi. Pero claro, pensando y pensando, recordé la infinidad de momentos históricos que he vivido en mi ‘corta’ vida.
¿Quién no recuerda el 11-S o el 11-M?
¿Y cómo olvidar la mayor crisis económica desde 1929?
Pero incluso en las buenas nuevas me siento un privilegiado. Aunque por entonces no me interesaba tanto la política internacional, muchos de nosotros hemos vivido la caída del muro de Berlín. Un suceso que cambió el mundo.
Y ahora que recuerdo el pasado, momento en el que mi mayor afición eran los deportes, recordar que también hemos vivido el sueño de miles de personas al ver como España se proclamaba campeona del mundo de fútbol y como acogía con éxito unos Juegos Olímpicos inolvidables.
O, ciñéndome más a mi deporte predilecto, asistimos al primer maillot amarillo de Indurain, lo mismo que al primer arco iris de nuestro país con Olano al frente e Indurain a su estela.
Y más concretamente todavía, hace ‘cuatro días’, Guadalajara se asomó a la élite del fútbol nacional con el histórico ascenso en Miranda de Ebro. Por no citar, los ascensos de ‘anteayer’ a Segunda B o el del Gestesa en Tres Cantos tras lanzar 21 penaltis.
Cuántos momentos inolvidables e históricos hemos vivido. Supongo que esto pasa siempre, porque siempre hay una primera vez, pero lo cierto es que estamos que lo tiramos.

sábado, 15 de octubre de 2011

Lugares con encanto


Dicen muchos que Guadalajara capital no tiene mucho que ofrecer al turista. Y puede que no les falte razón (les contaría una famosa anécdota que así lo demuestra, pero no es el motivo de esta entrada).
Quizás por ello, los encargados de la oficina de turismo de Guadalajara deberían ofrecer a los visitantes otro tipo de lugares con encanto. Porque nuestra ciudad los tiene, aunque sean políticamente incorrectos.
Y es que se da la casualidad de que existe un ‘punto negro’ que muchos desconocen. Y se encuentra muy cerquita de la transitada Plaza de Bejanque. Les habló de un punto donde confluyen, ni más ni menos, la calle Grecia, la calle Portugal y la calle Irlanda.
Tres vías que homenajean a esos los tres países que hasta la fecha han tenido que ser rescatados por la zona euro.
Lógicamente muchos de ustedes, que son malpensados (tranquilos, es natural del ser humano), habrán pensado que por allí debe andar la calle España. Pues no, se equivocan, pero en su lugar, les ofrezco algo mejor.
Y es que justamente en la confluencia desde la que se pueden ver las tres calles anteriormente indicadas, está situado un cartel turístico que nos indica la entrada a la cripta de la Iglesia de San Francisco.

Si no me creen, les invito a pasarse por allí.
No me negaran que lugares como éste no se pueden ver todos los días en el resto del mundo.